Conseguir un acabado impecable, no es precisamente una de las tareas más fáciles en bricolaje. No obstante, con algo de práctica, se le coge muy bien el pulso, consiguiendo resultados extraordinarios. En el artículo de hoy voy a ampliar el ámbito de acción de este producto, realizando una pequeña reparación. Bueno, pequeña o grande. En esta ocasión el tamaño no importa.
Como las abolladuras en vehículos es muy específica, y sólo los aficionados al bricolaje del automóvil son los que suelen repararlas, vamos a probarlo para arreglar abolladuras que se pueden dar con mayor probabilidad en el hogar o en el taller.
Ejemplo de ello, podrían ser pequeñas, o grandes, abolladuras en un frigorífico, microondas, lavadora,…
1. Reparando una abolladora con la masilla de poliéster MacRepair
A continuación recogeré, paso a paso, cómo he usado la masilla para realizar una reparación.
#1 Leer el envase
Lo primero que debemos hacer al utilizar por primera vez cualquier producto, es leer en el envase todo lo que se refiere a la preparación del producto, forma de aplicación, tiempo de secado, etc. Es la única forma de saber qué es lo que hay que hacer, cómo hay que hacerlo, y cuándo, con una cierta garantía de éxito.
#2 Preparación para la reparación
Herramientas:
- Espátula.
- Papel de lija de grano medio y fino.
- Lijadora.
- Disolvente o desengrasante.
Objeto a reparar:
El «electrodoméstico» hay que prepararlo también, para que reciba de forma correcta la masilla de relleno. En caso de no preparar bien la base, el agarre de la masilla podría no ser el adecuado.
#3 Preparando la superficie a reparar
Esta preparación tiene dos pasos.
El primero es lijar la pintura, óxido, o suciedad que pudiese haber, llegando a la chapa y dejándola completamente limpia, tanto en la propia abolladura, como en los alrededores más próximos.
Es importante, no usar el taco de lijado. Sólo si usamos únicamente el papel de lija, llegaremos a todos los rincones en el interior de la abolladura. Soy consciente que este paso es de lo más tedioso, pero es imprescindible.
El segundo paso, es eliminar por completo los restos del lijado. Para ello, podemos utilizar alcohol, disolvente, desengrasante, o cualquier otro producto similar que se lleve la suciedad.
Aplicaremos este producto a todo el paño sobre el que vayamos a trabajar con la masilla de poliéster y/o vayamos a pintar, una vez masillada nuestra cajonera.
#4 Aplicando el producto
Bueno, después de tanto preparativo, por fin llegó la hora de entrar en acción. No hace falta remover la masilla de poliéster, puesto que viene lista para usar. Con la espátula cogemos algo de producto, y lo vamos aplicando en la abollabura en varias capas. De este modo, rellenaremos por completo el bollo, hasta que la masilla sobresalga un poco.
En las dos primeras capas, haremos presión con la espátula, a fin de que la masilla se adhiera al fondo del hueco, y lo rellene completamente.
Tampoco hace falta que rebose mucho, no experimenta prácticamente contracción alguna. Es decir, apenas se encoge durante el proceso de secado. Una vez aplicada, tenemos que dejar que el producto fragüe, para lo que tenemos que consultar el tiempo de secado, en el envase o en las instrucciones.
Antes de continuar quisiera dejar claro que, tanto para este punto como para el siguiente, es conveniente protegerse las manos, ojos y vías respiratorias, para evitar un posible contacto con el producto. Por tanto, te aconsejo uses protecciones como son guantes, gafas y mascarilla.
#5 Refinando el trabajo
Bien, una vez transcurrido el tiempo recomendado para el secado, pasaremos al lijado, a fin de retirar el exceso de masilla, y dejar una superficie lisa y uniforme. Aunque se podría realizar de forma manual, sobre todo en reparaciones muy pequeñitas, lo correcto es utilizar una lijadora eléctrica y, a ser posible, que fuese rotorbital.
Pasamos un trapito para eliminar el polvo y los restos del lijado. Y, por último, pulimos un poco.
#6 El último paso
La reparación en sí, ya está realizada. No obstante, nos queda el acabado final, que dejará el trabajo realizado oculto a la vista. Consiste en el pintado.
Si queremos conseguir un acabado impecable, el pintado no debe limitarse a cubrir sólo la pasta aplicada. Sino que lo debemos proyectar a todo el paño sobre el que hemos estado trabajando.
Aplicamos la pintura en aerosol. Dejamos secar. Y listo. Ya tengo mi cajonera metálica como nueva.
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